La sostenibilidad es uno de los grandes retos del siglo XXI, y la tecnología juega un papel clave en abordar esta problemática. Desde paneles solares más eficientes hasta vehículos eléctricos con mayor autonomía, la innovación tecnológica está impulsando un cambio hacia un mundo más sostenible.
El uso de inteligencia artificial para optimizar el consumo energético y la implementación de blockchain en cadenas de suministro para garantizar la transparencia son solo algunos ejemplos de cómo la tecnología está ayudando a reducir nuestro impacto ambiental.
Sin embargo, es importante que estos avances sean accesibles y escalables, para que todos los países puedan beneficiarse de ellos. También debemos asegurarnos de que el desarrollo tecnológico no genere nuevos problemas, como el aumento de desechos electrónicos.